domingo, 12 de diciembre de 2021

Península de Valdés, tesoro natural

Al sur de la República Argentina, específicamente en la Provincia de Chubut, hacia la costa del Atlántico, se encuentra la Península de Valdés, un territorio conecta al continente por el ismo Carlos Amegino, con una superficie de 3600 Km, el mismo tiene forma de hongo,  está flanqueado por los Golfos San Matías, San José y el Golfo Nuevo, con un clima árido, seco, una topografía plana así como temperaturas de menos 5 grados en invierno y hasta 45 grados en veranos, es uno de los patrimonios naturales de la Humanidad, decretado por la UNESCO, por la basta y rica fauna que habita en la zona, ya sea en la tierra, el mar o el aire, constituyéndolo en un reservorio único en el mundo.

El ícono de la región es la ballena franca austral, que elige las costas del Golfo para reproducirse y dar a luz a sus crías, durante los meses crudos meses del invierno austral ya que por su geografía las aguas son mucho más cálidas, pero no sólo estos enormes mamíferos eligen las aguas de Valdés para seguir perpetrando su especie, porque los sinópticos pingüinos de magallanes toman las costas de Punta Tombo  y de la Estancia San Lorenzo, de la cual hablaré más adelante, para hacer sus nidos, aparearse y empezar a criar a sus pichones hasta que ya pueden valerse por si mismos. Se estima que, entre las 2 pingüineras, hay casi medio millón de pingüinos, siendo San Lorenzo la que en la actualidad tiene la mayor tasa de natalidad y de los 2 huevos que pone cada hembra en promedio 1,5 sobreviven en dicha Estancia, mientras que tristemente en Punta Tombo, sólo 0,7 de los huevos sobrevive el primer año. San Lorenzo, pasó de ser una estancia con una historia hostil hacia los animales, ya que en sus orígenes además de la producción de lana, proveniente de la cría de ovejas, también extraían aceite de los lobos marinos hasta 1953 en un factoría en sus tierras, pero todo esto quedo atrás, transformándose y convirtiéndose en un referente del turismo sustentable y de conciencia, cuando un grupo de pingüinos empezó a anidar en las costas de la propiedad, porque vale la pena destacar que a pesar de que la Península es Patrimonio de la Humanidad, todo su territorio es propiedad privada, los dueños de la estancia vieron una oportunidad, limitaron el espacio, prohibiendo el ingreso de extraño a la zona, así como ayudaron a hacer nidos los pingüinos, lo que atrajo más y más pingüinos, hoy en día se calcula que hay más de 500.000 pingüinos y siguen creciendo. San Lorenzo, aprovecho esto para promover opciones turísticas, centradas en la educación, respeto y conciencia de sus visitantes, si bien los pingüinos no pueden ser utilizados como alimento o tener un uso, son un excelente termómetro de la salud de nuestros océanos, así que su conservación y cuidado es necesaria.



A las costas de Valdés también llegas elefantes y lobos marinos, ya sea para reproducir y pasar el duro invierno,  es posible observarlos en sus grandes grupos, retozando en la playa o lanzándose al mar para cazar, comer o huir de uno de sus principales depredadores, las Orcas, quienes en esta zona desarrollan una conducta única,  se acercan a la costa, e inclusive llegan hasta la orilla para atrapar a los desprevenidos  elefantes marinos, que en tierra no tiene esa agilidad y rapidez que los caracteriza en el agua. Un poco más alejado de las costas de la península, los visitantes podrán ver otra especie características y única, la tonina overa. Una especie más pequeña de delfín de color blanco y negro que también puede ser avistada.

                   

Para disfrutar de la fauna, primeramente, se debe tener en cuenta, que no todo el año se visualizan todas las especies, ya que hay épocas como por ejemplo de junio a noviembre o diciembre donde se podrán ver a las ballenas francas austral, al igual que   a los pingüinos quienes migran con el paso de las estaciones, por eso es importante conocer e investigar las mejores fechas para realizar un viaje. Otro punto importante es realizar las visitas con respecto, puesto que la Península en sí es un santuario, custodiado y cuidado por organismos que se encargan de su protección y conservación, las observaciones de la fauna se realizan dentro de entornos naturales, nosotros somos los visitantes. A su vez toda la industria turística de la región está focalizada en un turismo sustentable, donde una de sus consignas es la de informar y concientizar a los visitantes, en la importancia de cuidar y proteger estas especies, en cómo nos relacionamos con nuestro ambiente, así con aprovechar y mejorar, tanto es así que Puerto Madryn, la ciudad más cercana a Península es la capital del buceo, así como la ciudad con más científicos de la Argentina por habitante.

Para más información, te invito a chequear:

https://peninsulavaldes.org.ar/

https://pinguinospuntanorte.com.ar/

https://ballenas.org.ar/

https://chubutpatagonia.gob.ar/destino/area-natural-protegida-peninsula-valdes/

 

 

 

 



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