Los seres humanos pasamos aproximadamente un
tercio de nuestra vida durmiendo, lo que sería en un promedio de años de 20 a
25 años, según estudios de universidades norteamericanas. Cuando lo ponemos en números parece se ve
impresionante, cómo pasamos tanto tiempo en este siempre y necesario acto. Todos
los eres vivos con sistema nervioso duermen, es una necesidad fisiológica primaria
y su privación trae consecuencias terribles para nuestra salud, como por ejemplo
envejecimiento prematuro, problemas de memoria, problemas asociados al sistema cardiovascular
y hasta un impacto negativo en nuestro sistema inmune. En estudios recientes en
Reino Unido han encontrado sólida evidencia entre bajos niveles de testosterona
y la falta de sueño en hombres jóvenes, así como problemas reproductivos en el
caso de mujeres.
Las consecuencias
negativas de la privación del sueño van más allá de lo físico, como lo ha demostrado el neurocientífico
ingles Matthew Walker, en sus
investigaciones en la Universidad de Berkeley, California, donde comprobó como la privación del sueño afecta al
hipocampo, estructura cerebral encarga de almacenar y convertir las memorias de
corto a largo plazo, en su estudio, se
reducía un 60% la capacidad de poder memorizar cosas en el grupo privado de
sueño, mientras que los sujetos del estudio que pudieron dormir 8 horas, tuvieron
un incremento del 80% en su capacidad de retención. Esto es un hallazgo
significativo, porque nos da una clave
para mejorar el desempeño escolar y el aprendizaje de nuevos temas, pero
a su vez nos invita a reflexionar, porque
con el avance de la tecnología y el uso generalizado de teléfonos, tablets y
computadoras, sobre todo por parte de los más chicos, en edad escolar, la
privación del sueño es cada día más común, así como la mala calidad del mismo
ante la sobre estimulación de nuestro cerebro.
Otro hallazgo a tener
en cuenta, es el impacto de la privación del sueño y nuestro sistema inmune, con
tan sólo 4 horas de privación del sueño la reducción de los NK (Natural
Killer), que es un tipo de linfocito, que se encarga de la defensa de nuestro
organismo, fue de un 70%, una cifra alarmante, pero el estudio profundizo un poco
más y encontró un fuerte vínculo entre la aparición de células cancerígenas y
privación del sueño.
No todos los hallazgos fueron
negativos, al contrario al conocer las consecuencias negativas, los
investigadores han desarrollado una serie de tips y recomendaciones para fortalecer
y ayudarnos a conciliar el sueño, más allá de evitar el consumo de alcohol o de
cafeína en horas previas al irse a dormir e inclusive el evitar las siestas
durante el día, a continuación resumimos las principales:
-Regularidad, irse a dormir todos los días en el mismo horario, así como la
hora de levantarse, sin importantar que sea día de semana o fin de semana.
-Mantener el ambiente frío, un ambiente con una temperatura de unos 18
grados Celsius relaja y ayuda a nuestro cuerpo a conciliar y alcanzar un sueño más
profundo y de mejor calidad.
-Comer algo ligero en la noche.
-Evitar realizar cardio antes de dormir, porque este tipo de actividades
estimula nuestro cuerpo.
-Apartar tiempo para relajarse, antes de ir a la cama es importante crear
un espacio relajante y tranquilo, ya sea con música suave o luces baja, la idea
es preparando el cuerpo.
-Un baño siempre ayuda, eso si con agua caliente, esto puede ayudar a relajar
y a estar adormecido.
-Desconectarse de los dispositivos, la luz de las pantallas de los
celulares le indica al cerebro que es de día y que debe estar alerta, pro eso
es recomendable que unos 30 minutos antes de dormir desconectarse de las
pantallas es lo ideal.
-Evita estar en la cama por mucho tiempo, es decir acostarse y esperar que
el sueño venga puede ser contraproducente, debido a que puede generar ansiedad e
impaciencia que va a tener el efecto contrario. Si no puedes conciliar el
sueño, levántate y ve a otra habitación toma un libro o haz una actividad que
te relaje.
Para más información, puedes
leer el best saller de Matthew Walker, “Why we sleep” un excelente libro donde
profundiza y expone sus hallazgos científicos. Finalmente, volvamos a lo
básico, dormir 8 horas.
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