Este 05 de noviembre se va a realizar el estreno de la tercera y última temporada de la bio series de AppleTV, Dickinson, cuya historia relata los años de juventud previos y durante la Guerra civil estadounidense, de la afamada poetiza Norteamericana Emily Dickinson, quien es considerada el día hoy un ícono feminista, así como una de las grandes figuras de la literatura en habla inglesa, del siglo XIX, estando a la altura de personajes como Walt Whitman o Edgar Allan Poe. Pero Emily al igual que sus colegas, quienes también fueron contemporáneos y vivieron en la costa este de la nación de las barras y las estrellas, sino que fue una mujer que rompió el molde tanto en sus más de 1800 poemas como en su vida privada.
Emily Dickinson, nación el 10 de diciembre de
1830, en Amherst, estado de Massachusetts, en el seno de una familia burguesa,
su padre fue un reconocido abogado y también representante en el Congreso,
mientras que su madre, fue la perfecta mujer victoriana, recatada, fiel a su
esposo y familia, madre de 3, siendo Emily la hermana del medio. En este contexto de privilegios, en
comparación con la mayoría de las personas de la época, la artista pudo
educarse y tener acceso a libros, periódicos y a una educación destacada; para
esa época las mujeres no podían asistir a la universidad, o votar, de hecho, de
no casarse, sólo podían aspirar a trabajos como institutrices, maestras o
criadas. Emily nunca se casó, ni lo buscó, tampoco ejerció algún oficio,
escribía en secreto y en la intimidad, sólo muy pocos privilegiados tuvieron
acceso a su lirica transgresora e innovadora, donde la sintaxis, los pronombres
e inclusive los géneros no representaban una barrera.
Una de las personas afortunadas que pudo fungir
como critica e inclusive hasta editora de sus poemas, fue su cuñada Susan
Gilbert. Quien conocía a Emily desde cuando asistieron a la escuela, donde
formaron un vínculo que hasta el día de hoy genera debate entre los especialistas
de la literatura, así como es desarrollado de forma impecable en la serie. Para
muchos Susan Gilbert fue la musa de Emily, de su obra más de 300 poemas son
dedicados a ella de forma directa, así como las cartas que le escribió. Susan pudo
corregir, sugerir en la obra de Emily, quien nunca se opuso a dichos cambios, por
ende, tras su muerte, su hermana menor le pidió a Susan que ordenara los ordenara
y copilara los poemas, pero ésta no pudo llevar a cabo dicha tarea. Los versos
dedicados a Sue, como la llamaba cariñosamente, tocaban temas como el amor
fraternal, o lo especial que era para Emily que Sue se convirtiera en su
hermana tras casarse con su hermano; otros eran de un tinte más erótico, o
sobre un amor no resuelto. Estos sentimientos estuvieron presentes en su obra y
vida hasta justo antes de morir, cuando le hizo un regalo, dedicándole de forma
cariñosa unos versos sobre el libro. Conocidos de Emily de la infancia,
afirmaban que su corazón le pertenecía a Susan desde el momento que la conoció.
Otro hito importante en la vida de la autora fue
su aislamiento progresivo hasta uno definitivo, en el cual no dejaba entrar a
nadie a su cuarto, exceptuando las pocas ocasiones que dejó a su sobrino, quien
murió a corta edad, devastándola. La muerte fue otro temática recurrente y
presente en la obra y vida de Emily, dejando bellos y profundos versos que
desnudan y exponen a flor de piel el inminente final.
La vida de Emily ha sido estudiada, debatida y
hasta el día de hoy sigue causando impacto y controversia, ya sea por sus
poemas de amor a otra mujer, por ser una mujer pionera, o su irreverencia y lo
adelantada que fue, así como su vigencia atemporal, puesto que el amor, la
muerte, la existencia, Dios, la naturaleza y soledad son imperecederos. Este 5
de noviembre, tenemos una cita final con este gran personaje, interpretado magistralmente
por la nominada al Oscar, Hailee Steinfeld, quien asume el rol y logra lo que
jamás tuvo Emily en vida ser visualizada.
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