domingo, 21 de noviembre de 2021

La gigante del sur, la ballena franca austral, parte II

     En la entrega anterior, hablamos sobre la imponente ballena franca austral y como este mamífero viene afrontando nuevas amenazas, como es el ataque de las gaviotas, pero por qué es importante la conservación de esta especie, qué se viene haciendo y sobre cómo podemos ayudar desde la distancia a protegerlas.

Primero que todo, es importante destacar los esfuerzos que se hacen desde el lado gubernamental para asegurar la supervivencia de las ballenas, ya sea cambiando el basurero de la ciudad de Puerto Madryn, el cual fue trasladado de un lugar próximo a la costa a otro más alejado del mar, para evitar que las gaviotas que se acumulan y proliferan en el sitio ataquen a las ballenas próximas a la costa, sobre a las crías, cuyos pulmones no tiene la capacidad de sus madre para permanecer mucho tiempo bajo el agua. Por otro lado, hace un par de años una medida polémica, pero efectiva sobre el control de gaviotas, fue llevada a cabo por científicos, donde de forma selectiva, estudiaban cuales eran las gaviotas que tenían la conducta anormal de atacar a las ballenas, para exterminarlas, porque no todas las gaviotas desarrollan dicho comportamiento, pero las que sí, tienen a ser un modelo para otras quienes las siguen. Puede parecer algo menor el ataque de unas gaviotas a esas criaturas de gran tamaño, pero la cuestión, es que las ballenas mientras están en las aguas de a Península de Valdés no se alimentan completamente, sino que toman por decirlo así “snacks” porque su principal fuente de alimento es el krill que se encuentra en aguas más australes aún, por ende el nivel de reserva energético de las ballenas  es justo y defenderse de las gaviotas representa un consumo adicional no contemplado por su naturaleza, ni hablemos del daño que ocasiona a las crías quienes se desorientan y hasta se pueden separar de a madre, llegando a encallar.





El esfuerzo por conservar y preservar a las ballenas viene tomando cada vez más fuerza, pero no siempre hubo una conciencia de los humanos para esto, hasta principios del siglo XX, las ballenas fueron cazadas de forma salvaje, para aprovechar su carne para alimento, su grasa para fabricar aceite, combustible hasta y jabón. La población de ballenas fue diezmada a números mínimos, pero la buena noticia es que los esfuerzos que se viene haciendo durante los últimos 40 años vienen dando resultados y el número de a poco se viene recuperando.

Un hito importante en la conservación ha sido el Proyecto “Siguiendo Ballenas”, el cual lleva 50 años estudiando, monitoreando y siguiendo a los descendientes de “Antonia”, una ballena nacida en 1975, quien dio inicio al estudio.   Antonia ha sido una matriarca prolífica, teniendo más de 7 descendientes, su última cría nació en 2013; sus hijas y nietas a su vez han tenido descendencia, destacándose entre ellas la pequeña Espuma, una ballena hembra de color blanco que ha llamado la atención de investigadores por su color. Este estudio se centra en las madres, puesto que es más fácil y sencillo de identificar la relación y cuando las mismas tienen ballenatos. Los científicos, utilizan los cayos y manchas como huellas dactilares para identificarlas y cada ballena es agregada a un catálogo. El estudio de estas cinco generaciones ha permitido tener información sobre el comportamiento de los cetáceos como nunca, lo cual ha contribuido con los Programas de conservación, así como la educación de los más chicos, en escuelas locales de la zona, fomentar el turismo sustentable y responsable y la divulgación de información que ayuda a mejorar la relación entre humanos y ballenas.

La existencia de estos mamíferos en nuestros océanos va más allá de su majestuosa figura, que nos hacen sentir pequeños, sino que también juegan un rol fundamental, debido a que mejoraran la producción primaria, ya que fertilizan el océano con los nutrientes de sus heces, y gracias a estudios recientes, sabemos que ayudan a mitigar el cambio climático, así que tenemos un aliado en esta lucha por la supervivencia de todos.

Cada ballena es un monumento en sí, su nobleza y belleza, así como lo dóciles que son ante el contacto humano a pesar de la trágica historia que nos precede es un ejemplo para nosotros como especie de lucha, supervivencia, y de volver siempre a nuestros orígenes, por ende debe y tiene que ser nuestro deber y prioridad infórmanos educarnos y contribuir con su preservación. Te invito a conocer la web del Proyecto Siguiendo Ballenas, así como del Instituto de Conservación de las ballenas, para más información y donde podrás ver cómo ayudar, apadrinando una ballena.

https://ballenas.org.ar/

http://siguiendoballenas.org/


 

  

 

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