viernes, 15 de octubre de 2021

A propósito de Dickinson

                Este 05 de noviembre se va a realizar el estreno de la tercera y última temporada de la bio series de AppleTV, Dickinson, cuya historia relata los años de juventud previos y durante la Guerra civil estadounidense, de la afamada poetiza Norteamericana Emily Dickinson, quien es considerada el día hoy un ícono feminista, así como una de las grandes figuras de la literatura en habla inglesa, del siglo XIX, estando a la altura de personajes como Walt Whitman o Edgar Allan Poe. Pero Emily al igual que sus colegas, quienes también fueron contemporáneos y vivieron en la costa este de la nación de las barras y las estrellas, sino que fue una mujer que rompió el molde tanto en sus más de 1800 poemas como en su vida privada.

Emily Dickinson, nación el 10 de diciembre de 1830, en Amherst, estado de Massachusetts, en el seno de una familia burguesa, su padre fue un reconocido abogado y también representante en el Congreso, mientras que su madre, fue la perfecta mujer victoriana, recatada, fiel a su esposo y familia, madre de 3, siendo Emily la hermana del medio.  En este contexto de privilegios, en comparación con la mayoría de las personas de la época, la artista pudo educarse y tener acceso a libros, periódicos y a una educación destacada; para esa época las mujeres no podían asistir a la universidad, o votar, de hecho, de no casarse, sólo podían aspirar a trabajos como institutrices, maestras o criadas. Emily nunca se casó, ni lo buscó, tampoco ejerció algún oficio, escribía en secreto y en la intimidad, sólo muy pocos privilegiados tuvieron acceso a su lirica transgresora e innovadora, donde la sintaxis, los pronombres e inclusive los géneros no representaban una barrera.

Una de las personas afortunadas que pudo fungir como critica e inclusive hasta editora de sus poemas, fue su cuñada Susan Gilbert. Quien conocía a Emily desde cuando asistieron a la escuela, donde formaron un vínculo que hasta el día de hoy genera debate entre los especialistas de la literatura, así como es desarrollado de forma impecable en la serie. Para muchos Susan Gilbert fue la musa de Emily, de su obra más de 300 poemas son dedicados a ella de forma directa, así como las cartas que le escribió. Susan pudo corregir, sugerir en la obra de Emily, quien nunca se opuso a dichos cambios, por ende, tras su muerte, su hermana menor le pidió a Susan que ordenara los ordenara y copilara los poemas, pero ésta no pudo llevar a cabo dicha tarea. Los versos dedicados a Sue, como la llamaba cariñosamente, tocaban temas como el amor fraternal, o lo especial que era para Emily que Sue se convirtiera en su hermana tras casarse con su hermano; otros eran de un tinte más erótico, o sobre un amor no resuelto. Estos sentimientos estuvieron presentes en su obra y vida hasta justo antes de morir, cuando le hizo un regalo, dedicándole de forma cariñosa unos versos sobre el libro. Conocidos de Emily de la infancia, afirmaban que su corazón le pertenecía a Susan desde el momento que la conoció.

Otro hito importante en la vida de la autora fue su aislamiento progresivo hasta uno definitivo, en el cual no dejaba entrar a nadie a su cuarto, exceptuando las pocas ocasiones que dejó a su sobrino, quien murió a corta edad, devastándola. La muerte fue otro temática recurrente y presente en la obra y vida de Emily, dejando bellos y profundos versos que desnudan y exponen a flor de piel el inminente final.

La vida de Emily ha sido estudiada, debatida y hasta el día de hoy sigue causando impacto y controversia, ya sea por sus poemas de amor a otra mujer, por ser una mujer pionera, o su irreverencia y lo adelantada que fue, así como su vigencia atemporal, puesto que el amor, la muerte, la existencia, Dios, la naturaleza y soledad son imperecederos. Este 5 de noviembre, tenemos una cita final con este gran personaje, interpretado magistralmente por la nominada al Oscar, Hailee Steinfeld, quien asume el rol y logra lo que jamás tuvo Emily en vida ser visualizada.

 

 

miércoles, 13 de octubre de 2021

La magia de la resiliencia

       Vivimos en un entorno Volátil, incierto, complejo y ambiguo, o mejor conocido como VUCA, por sus siglas en inglés, que cada día nos exige más y más, ya sea por la crisis económica a la vuelta de la esquina, los desastres naturales causado por los efectos  más latentes y presentes del cambio climático, e inclusive los flujos migratorios generados por los conflictos o crisis como las que afronta Venezuela, a su vez vamos a sumar la información e interconexión en la que estamos envueltos, ya sea por los medios de comunicación tradicional y más reciente por las redes sociales. Ningún suceso o evento que ocurra en nuestro mundo globalizado e interconectado se nos escapa de las manos o mejor dicho de la pantalla.

Como especie ya venimos viviendo desde hace bastante eventos y circunstancias que tallan con dolor, fuerza e inclusive sufrimiento nuestro carácter y espíritu, desde un punto de vista biologicista es supervivencia, pero para los psicólogos es la resiliencia. Este término popularizado en años recientes gracias en parte a las Ted Talk, la misma es definida por la Real Academia Española (RAE) como “la capacidad humana de asumir con flexibilidad, situaciones limites y sobreponerse a ellas”. Si bien es algo sencillo, a nivel psicológico es más profundo y no sólo nos ayuda a llevar estas crisis o situaciones adversas, sino que también nos ayuda a salir fortalecidos.

Esta hermosa capacidad o regalo, nos permite como especie, sufrir, llorar, pasar por situaciones terribles y adversas y poder seguir adelante, no nos hace inmune a los problemas, al contrario, nos da herramientas para afrontarlos, puesto que los problemas y desgracias son tan parte de la vida como las alegrías. Algunas personas sufrirán más que otra, pero como decía el afamado psicólogo/psiquiatra austriaco, sobreviniente del Soah u Holocausto, Viktor Frankl “no son las circunstancias, sino la actitud ante ella, lo que nos define”. Pero poder ejercitar esta capacidad, ¿existe alguna fórmula?, pues la mayoría de los psicólogos coinciden, en que es algo que todos tenemos, sin embargo, podemos incrementarla con los simples hábitos mencionados a continuación

ü  Definir tu autoconcepto, es crucial no sólo para ser resiliente, sino también para tener y ganar confianza en quienes somos, esto también te ayudará a saber hacia dónde vamos y que queremos.

ü  Creer en nosotros mismos, hay que empezar por casa, si queremos ser amados o valorados por los demás, debemos iniciar con nosotros mismos, querer quienes somos y aceptarnos, con cualidades y cosas para mejorar. Creer en nuestros sueños y en lo que podemos llegar a ser.

ü  El buen humor, afrontar los problemas con una sonrisa y un rostro optimista es diferente a asumirlo con cara larga. Reírse de la adversidad, nos permite descomprimir y hasta empezar a ver el lado bueno de lo que estamos pasando.

ü  Ser creativo, no limitarse o conformarse con una única respuesta, no, hay que dejar que nuestra creatividad se ponga en práctica y dejarla ser, mientras más usemos nuestra creatividad, mejores resultados tendremos.  Recuerda que nuestro cerebro necesitará tiempo y constancia.

ü  Aceptar ayuda y apoyo de otros, las batallas y el peso del dolor se pueden compartir en equipo, ya sea un amigo, familiar o terapeuta están ahí para nosotros. Pedir ayuda no es un símbolo de debilidad, sino de grandeza y humildad.

ü   Vivir en el presente, aunque sea amargo o complicado, el estar en “el aquí y ahora” nos permite mantener el foco y afrontarlo mejor, debido a que el pasado no lo podemos cambiar, y mucho menos el futuro que ni lo hemos vivido, en ambos no tenemos control, pero si en nuestro presente.

ü  Dejar el papel de víctima, asumir este rol parece lo más fácil, pero no nos lleva a ningún lado, nos estanca e impide avanzar y perder la oportunidad de crecer y aprender de la adversidad.

     Estas breves recomendaciones, sólo ameritan compromiso y constancia, como todo hábito, así como aprovechar cada oportunidad de vida para poder ponerlos en práctica, pero es importante saber que como especie ya tenemos esta mágica capacidad,  que es mejor tener desarrollada inclusive en tiempos de alegría, cuando no es necesaria.

El “Club de Costura” de Hollywood: un refugio secreto para mujeres queer

Durante la Época de Oro de Hollywood (1910–1969), un grupo íntimo y discreto de actrices, guionistas y directoras formó lo que hoy conocem...