jueves, 29 de octubre de 2015

Lo que viene con las crisis


            Para nadie es un secreto que nuestro país no se encuentra en s u mejor momento, no sólo por la terrible crisis económica que estamos atravesando, la falta de confianza en las instituciones del Estado o de transparencia en cómo es manejada la justicia, los asuntos financieros e inclusive cualquier investigación, por hablar de  aspectos algo más tangibles, sin embargo al hablar de el fenómeno que ocurre actualmente en Venezuela debemos detenernos  para hablar largo y extendido de la crisis de moral que afrontamos, y ¿de qué hablo exactamente?. Púes para empezar tenemos la tasa más alta de embarazo en adolescentes de Latinoamérica, una de las tasas de homicidios más altas del mundo, situando a Caracas entre los primeros puestos durante varios años seguidos en lo concerniente a rankings sobre muertes violentas; nuestras cárceles no se quedan atrás en lo que respecta a la violencia, trasladando esos microcrosmos del crimen, el consumo de drogas, alcohol a las llamadas Misiones Vivienda.
A todo lo mencionado con anterioridad, tenemos que añadirle la polarización política, la escasez, migración de familiares o amigos, el bachequeo y colas interminables, lo cual ha repercutió irremediablemente en la salud mental del venezolano, aflorando emociones tales como la rabia, frustración, miedo, las cuales son aceptables, pero en el caso venezolano han llegado a nuevos límites, ya que las mismas han venido perdurando en el tiempo, lo cual ha desencadenado el aumento de trastornos tales como,  estrés post traumático, paranoia, depresión, fobias sociales, trastornos de ansiedad generalizada, ataques de pánico, trastornos del sueño, entre otros. Igualmente problemas con el consumo de alcohol, cigarrillo y drogas se han disparado, puesto que son vistos como métodos rápidos de desconexión con la realidad problemática que atravesamos. Ahora bien, estas sustancias son la causa de problemas mayores puesto que inciden en el funcionamiento del organismo, y están asociados a enfermedades tales como, infartos, problemas del corazón, diabetes, ACV, cáncer, cirrosis entre otras, lo que a su vez es otra situación de estrés tanto para el paciente, como para los familiares, complementado así el cuadro de problemas.
Es, esta crisis en lo que respecta a la salud mental, o lo social lo que me concierne como estudiosa de la conducta y preocupa, por ello he aquí unas recomendaciones:
-Aceptar que hay cosas que yo no puedo cambiar, como el país, la mentalidad de todos los venezolanos, la viveza criolla, entre otras, pero que SÍ puedo cambiar mi actitud ante cosas siendo mejor ciudadano, siendo educado y ¿cómo haces esto?. Simple: diciendo estas palabras mágicas “gracias, por favor, buen día, de nada o a la orden”.
-Regálale una sonrisa a 10 personas cada día, empezando por el más importante, la persona que ves cada día en el espejo.
-Ten una actitud positiva, aunque las cosas vayan mal o parezcan imposible de mejorar. Una psicóloga de Harvard descubrió en un estudio que las personas que aunque se finja una sonrisa, una actitud, constantemente se vuelve en algo real.
-Plantéate un objetivo en la vida. Las personas que tienen un sentido de vida o un por qué luchar pueden sobrevivir o pasar las pruebas más difíciles. Un psicólogo llamado Viktor Frankl sobrevivió en los peores campos de concentración durante la II Guerra Mundial porque siempre pensó y se planteó  cómo contaría a los demás lo que vivía en ese infierno.
-Ten una vida social activa, pero no sólo por Facebook o Instragram, reúnete con amigos, colegas, familiares, para comer, charlar de temas que no te generen estrés, también puedes unirte a un club, grupo o practicar algún deporte o hobby que te guste y motive.
-Llevar un diario o cuaderno de notas ayuda a desahogarse y drenar, más que una botella de cerveza que puede llevarte a la muerte.
-Sal de la rutina, no es necesario hacer un viaje o gastar mucho dinero, sólo cambia la ruta por donde te movilizas,  cambia de look,  come algo distinto o nuevo, háblale a alguien que jamás le hayas hablado o simplemente intenta algo diferente.
-Contempla la naturaleza, aunque sea el jardín del vecino, lo distintas que pueden llegar a ser las plantas, los animales e inclusive los humanos, aprécialo.

-Finalmente, si te sientes muy agobiado, estresado o deprimido acude a un psicólogo, no son para locos, sino para personas con dificultades, problemas, o que desean una opinión experta en referencia a una situación. Los brujos, gente del tarot, santeros, etc, sólo quieren tu dinero,  porque la única persona que puede solucionar sus problemas eres tú si estás dispuesto. Otros profesionales pueden ser coach, orientadores de la conducta, pastores e inclusive sacerdotes.

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