Con tantas opciones de entretenimiento
en casa, y desde la palma de nuestra mano, a través de nuestros celulares,
encontrar contenido que sume y de calidad puede ser complicado, pero plataformas
de streaming como AppleTV+ se hacen notar, regalándonos verdaderas joyas,
ya sea por el nivel de gasto de sus producciones, la atención de los detalles, los
actores premiados o por ese aire fresco
de sus tramas y propuestas narrativas, destacando series galardonadas como The
Morning Show, Ted Lasso o una muy querida de la casa, Dickinson, de la cual ya les he comentado en
un post anterior; pues ahora la compañía de la manzana, empezó a apostar con producciones
cinematográficas, con temáticas disruptivas y artísticas, separándose totalmente
de lo que ahora se puede encontrar en
las salsas cines, las cuales desde hace un tiempo tienden a presentar propuestas
más comerciales o super producciones, a
lo Marvel, este fenómeno se acentuó más tras la Pandemia, por eso se agradece a
compañías como AppleTV+ y Netflix le den
luz verde a proyectos con mensajes contundentes, sobre los temas de lo que nos
hace humanos y toda la reflexión que conlleva ejercer esa naturaleza.
Por eso, hoy les quiero
hablar del “El canto del cisne” o por su nombre en inglés Swan Song, una
producción original de AppleTV+, dirigida por Benjamin Cleary, protagonizada
por el excelente y versátil, ganador del Oscar Mahershala Ali, Naomie Harris y
la grandísima Glen Close, así como una participación con un rol bastante
diferente a lo que nos tienes acostumbrado
Aquadina, nos cuenta la historia de Cameron (Mahershala Ali), un hombre
diagnosticado con cáncer terminal, con una esposa embarazada, Poppy (Naomie
Harris), recién salida de un proceso de duelo complicado, un hijo pequeño, así
como un trabajo que no le gusta, pero le ofrece la estabilidad y el dinero que
necesita para contactar a la doctora Scott (Glen Close) para que realice una copia genética idéntica de él,
para que al momento de su inminente muerte lo suplante, para así evitar el
dolor y sufrimiento de su pérdida a su ya abatida esposa, quien desconoce la
enfermedad de su marido por completo. La copia de Cameron, a la cual llaman
Jack, debe recibir todos los recuerdos, hasta los del inconsciente del original
para poder ser despertado y empezar, por decirlo así, el entrenamiento de ser
Cameron. Este proceso nos trae momentos preciosos, llenos de amor y empatía
hacia la situación como espectador, donde Cameron revive sus experiencias
pasadas, como por ejemplo, la primera vez que vio a su esposa, como se fueron
conociendo y enamorado, que le gustaba de ella, que tenían en común, así como
fueron creciendo y construyendo una familia.
Estas vivencias, reavivan sus sentimientos y añoranzas a
la vida que se le escapa de las manos a medida que transcurren los días. Cameron
también recuerda, como su esposa se encerró en el duelo por la muerte de su
gemelo y como esto repercutió en sentirse abandonado, puesto que Poppy, desde
el primer momento que la conoció se convirtió en una fuente de alegría e inspiración,
pero por su duelo, ahora lo sumía en una simple cotidianidad de supervivencia,
sin color, ni música, esperando un momento adecuado para superar esto, algo que
no pasaría porque estaba muriendo.
Por
otro lado, tenemos a Jack, quien se reconoce como Cameron y al conocer su propósito
está más que empeñado en dejar atrás lo malo y esa oscuridad en el que estuvo
la familia, para vivir, para amarlos, protegerlos y sobre todo aprovechar esta
oportunidad. Jack es consiente que no puede perder más tiempo, que le momento
adecuado es ahora, así como reconoce y admite sus sentimientos ante el duelo de
Poppy, no con reproche sino con aceptación. En síntesis, tenemos las dos caras
de una misma moneda, por un lado, una cara sana, consciente de sus emociones,
ya sean positivas o negativas, con la ilusión del futuro promisorio y el vivir,
mientras que la otra, está enferma, deteriorada, sin poder soltar y reconocer sus
emociones y el impacto de estas en su vida diaria, así como una incapacidad de
comunicarse con el otro de forma profunda, sólo existiendo.
Finalmente,
el rol de los recuerdos juega un papel importante, porque nos invitan a la
reflexión, ¿qué es lo que nos hace quiénes somos?, Si el día de mañana perdiéramos
la memoria, dejaríamos de ser quienes somos, ¿perderíamos los afectos y vínculos
con nuestros seres queridos?, es algo que les dejo a su criterio queridos lectores, pero lo que si
no puedo evitar, es invitarlo a tomar el rol de Jack, no esperemos a tener una
enfermedad terminal para valorar o repasar lo que tenemos, cómo nos sentimos, o el amor que hemos recibido, reconocer nuestras
emociones, ya sean buenas o desagradables nos hace más consiente de nuestra
vida, porque no vinimos a existir a esta tierra, sino a vivir.
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